Alice Guy-Blaché, la realizadora que creó el cine de ficción

La persona que entendió el cinematógrafo como un producto artístico con el que contar historias fue una mujer: Alice Guy-Blaché, la primera realizadora de ficción cinematográfica. Llegó a firmar hasta un millar de películas.

Pensé que podía hacerlo mejor… Revistiéndome de valentía, propuse tímidamente al Sr. Gaumont que pensaba en escribir una o dos historias cortas para que mis amigos se divirtieran. Si el desarrollo futuro de las películas hubiera podido preverse en ese momento, nunca habría conseguido su consentimiento. Mi juventud, mi inexperiencia, mi sexo, todo conspiraba contra mí. Pero sí que recibí el permiso, con la condición expresa de que esto no afectaría a mis tareas de secretaria”. – ALICE GUY - BLACHÉ

 
Alice Guy - Blanché, la primera directora de ficción y verdadera madre del cine.

Alice Guy - Blanché, la primera directora de ficción y verdadera madre del cine.

 

¿Te imaginas tu vida sin el cine? Directores como Stanley Kubrick, Alfred Hitchook, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Christoper Nolan, Quentin Tarantino o Pedro Almódovar podrían ser desconocidos si “el séptimo arte”, no se hubiera convertido en un fenómeno cultural, en una fábrica de emociones indispensable para nosotros al que asociamos recuerdos, momentos, sentimientos o emociones.  

El cine nos permite vivir mil vidas; conocer historias; comprender culturas lejanas; viajar en el tiempo, aflorar emociones… El cine es entretenimiento, pero también es arte; es un creador de realidades alternativas al que – en ocasiones - pretendemos aspirar.  El cine nos hace soñar y también olvidar. Muchas historias que podrían no haber existido y que nadie se habría enterado si Alice Guy-Blaché no hubiera visto el potencial del famoso cinematógrafo de los hermanos Lumière como una forma de narrar historias.

La madre del cine de ficción

Es común atribuir los nombres de los hermanos Lumière y de George Méliès como los primeros directores cinematográficos. A finales del s. XIX, EEUU, con Thomas Edison a la cabeza, y Europa, con los hermanos Lumière, se disputaban ser los primeros en capturar imágenes en movimiento. Es cierto que los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo, pero tenían una visión científica y no artística del aparato. Fue una mujer, poco reconocida entre la industria, la primera persona que entendió las posibilidades infinitas del cine y que supo ver que podía convertirse en un arte: Alice Guy.

Alice Guy (1873-1968) era hija de una pareja francesa que vivía en Chile. Su padre, Emile Guy, regentaba una librería y una editorial en Chile. Su infancia la pasó entre Francia, su país de origen, Chile y Suiza. En Francia, cuando murió su padre, Alice estudió taquimecanografía para encontrar un trabajo con el que mantenerse. Guy entró a trabajar como secretaria, la principal profesión femenina de la época y que suponía un gran avance para las mujeres de clase media-alta, en la Compañía General de Fotografía de Max Richard. Posteriormente, León Gaumont la adquirió para crear la Compañía Gaumont, dedicada a vender cámaras y material fotográfico.

 
León Gaumont, director de la Compañía fotográfica Gaumont y que contrató a Alice Guy - Blaché como secretaria.

León Gaumont, director de la Compañía fotográfica Gaumont y que contrató a Alice Guy - Blaché como secretaria.

 

El 22 de marzo de 1895, los hermanos Lumière invitaron a Gaumont y a otras pocas personas a un pase privado en el que realizaron la primera demostración del cinematógrafo y proyectaron lo que se considera la primera película de la historia: “La Sortie de l’Usine Lumière à Lyon” (La salida de la fábrica) de 38 segundos. Nueve meses después, el 28 de diciembre del mismo año realizaron la presentación pública del aparato. 

 
Los hermanos Lumière se consideran los padres del cine gracias a su invento: el cinematógrafo. Sin embargo, ellos tenían una visión científica y no artística del aparato.

Los hermanos Lumière se consideran los padres del cine gracias a su invento: el cinematógrafo. Sin embargo, ellos tenían una visión científica y no artística del aparato.

 

Tanto los hermanos Lumière como Gaumont veían el interés del cinematógrafo como invento científico. Sin embargo, en esa primera demostración había una persona que se centró en ver el potencial artístico del aparato y pensó que podría hacerse algo mejor que las películas de demostración repetitivas y breves que documentaban la vida cotidiana: Alice Guy.  Para ella con el cinematógrafo podían contarse historias. Y así se lo propuso a Gaumont, a quien le comentó su interés en escribir una o dos escenas y que unos amigos actuaran en ellas. Gaumont, quien pensaba que el aparato era un simple juego para niños, accedió con una condición: que fuera un hobby y no interfiera en sus labores como secretaria en la compañía. 



De “El hada de las coles” a fundar su propia productora de cine

Alice empezó a utilizar el cinematógrafo como hobby y, a principios de 1896, realizó la primera película de ficción de la historia: “El hada de las coles”, basado en un popular cuento francés que cuenta que los niños salen de las coles y las niñas, de las rosas. Alice utilizó un espacio con terraza para que unas amigas suyas actuaran siguiendo un guion que ella había escrito. Las coles que aparecen en la película las pintó un pintor de abanicos. El film duraba un minuto de duración y fue algo innovador: hasta ese momento, las películas no pasaban de ser un tren que paraba en la estación. En cambio, Alice demostró que podían llegar a ser más que una imagen de archivo y que podía hacerse ficción

 
“El hada de las coles” (1896) es la primera película de ficción de la historia, escrita y dirigida por Alice Guy-Blaché.

“El hada de las coles” (1896) es la primera película de ficción de la historia, escrita y dirigida por Alice Guy-Blaché.

 

Ante el éxito, al año siguiente, en 1897, Alice se convirtió en jefa de producción de la compañía Gaumont, un cargo que, probablemente, no hubiera llegado a ocupar si hubieran sospechado que el cine se convertiría en una gran industria.  A partir de este momento, Guy estuvo al cargo de la productora y explotó su faceta como maker; se encargó de proyectos ambiciosos (grabó escenas de ópera e incluso, militares); hizo dos cortos semanales; y, probó el fonógrafo, un invento innovador que recogía el sonido y después, se añadía a la imagen (indispensable para la industria musical). En 1905, Alice pasó a ser supervisora de los demás directores de la compañía Gaumont. 

El año de 1906 fue trascendental para ella. Alice, quien parte de su vida se había criado en un convento, se atrevió con el feminismo y la comedia y realizó “Las consecuencias del Feminismo”, un film en el que los roles de hombre y mujer socialmente establecidos se intercambian. También firmó la primera superproducción, “La vida de Cristo”, en el que aparecen los primeros efectos especiales y donde contó hasta con 300 extras; algo impensable para aquel momento. También fue el año en que conoció al camarógrafo británico Herbet Blaché, quien se convertiría en su marido (Alice pasó a llamarse Alice Guy–Blaché) y con el que se marchó a EEUU para abrir una sucursal de la Compañía Gaumont en Nueva York. Con él, en 1910, fundaría su propia productora “Solax Company” en 1910. 

 
“Las consecuencias del feminismo” (1906) de Alice Guy-Blaché es una comedia muda en la que mujeres y hombres se cambian los roles establecidos.

“Las consecuencias del feminismo” (1906) de Alice Guy-Blaché es una comedia muda en la que mujeres y hombres se cambian los roles establecidos.

 

“Sé natural”: la filosofía de Alice para entender el cine

Con la productora “Solax Company”, Alice llegó a realizar hasta tres películas por semana. Western, comedias, dramas…se atrevió con todo tipo de géneros con actores estables que solían trabajar con Solax. En el estudio, había un gran mensaje que define su forma de entender el cine: “Sé natural”. Para ella, las películas no tenían que ser falsas y los actores tampoco. La frase contrastaba con el lema de aquella época: “Posa para grabar”.  

 
Logo de “Solax Company” de Alice Guy-Blaché.

Logo de “Solax Company” de Alice Guy-Blaché.

 

Los filmes de la productora “Solax Company” tuvieron tanto éxito comercial que Alice reunió el dinero suficiente para crear su propio estudio en Fort Lee (Nueva Jersey), el lugar que en aquellos momentos era una localización importante en la historia del cine. 

A partir de 1920, la situación se volvió complicada. Thomas Edison tenía gran parte de las patentes y monopolizaba la industria del cine. Por ese motivo, productoras de cine que estaban ubicadas en Nueva Jersey o Nueva York se marcharon de la costa este hacia la costa oeste. Para Alice Guy se hizo imposible competir con Hollywood y tuvo que empezar a trabajar para compañías más poderosas, lo que supuso el fin de su cine independiente. En aquellos años, su matrimonio con Herbert Blaché, con quien había tenido dos hijos, había fracasado. Blaché la dejó por una actriz de Hollywood. Paralelamente, Solax quebró y Alice no encontró ninguna oportunidad en la industria. En 1922, Alice tuvo que regresar a Francia arruinada. 

De vuelta en Europa tampoco encontró el espacio que merecía en la industria del cine, a pesar que lo intentó, incluso escribiendo a su antiguo jefe, León Gaumont. Gaumont le ofreció trabajar en un encargo sobre los inicios de ambos en el cine. Sin embargo, el encargo nunca vio la luz porque Gaumont falleció.

 
Alice Guy-Blaché fue una maker revolucionaria: triunfó como actriz, escritora y productora que firmo hasta un millar de películas, aunque ahora es difícil encontrar su nombre en ellas.

Alice Guy-Blaché fue una maker revolucionaria: triunfó como actriz, escritora y productora que firmo hasta un millar de películas, aunque ahora es difícil encontrar su nombre en ellas.

 

Alice tuvo que centrarse en impartir conferencias en colegios y en clubs de mujeres. Se calcula que firmó hasta un millar de películas, pero, Alice se dio cuenta que la gran mayoría de sus filmes no se las habían atribuido a ella, si no que se escondían bajo los nombres de dirección de sus compañeros (como a Louis Feuillade, Henri Gallet o Jasset) o le atribuían “Las desventuras de una cabeza de ternero”, un film que no era suyo y que Alice detestaba. Incluso, solo se reconocía a Herbert Blaché como fundador de la productora Solax Company. En el libro de la Historia de la Compañía Gaumont se citaban las películas producidas por Gaumont a partir de 1906. En ningún momento, se menciona a Alice.

En 1964 regresó a Estados Unidos con su hija, donde falleció en Nueva Jersey en marzo de 1968 intentando reivindicar su título como primera directora corrigiendo libros, artículos y borradores sobre la historia del cine. También se dedicó a buscar sus películas, ya que no poseía ninguna. No encontró en vida ningún editor que quisiera publicar sus memorias, solo ocho años después se publicó su biografía en Francia. 


Un reconocimiento tardío e insuficiente

Martin Scorsese reconoció que Alice Guy fue “una directora excepcional, de rara sensibilidad e imágenes poéticas, con un gran instinto para encontrar lugares de rodaje”. La obra de Alice inspiró a directores tan destacados del cine como Sergei Eisenstein o a Alfred Hitchcock, pero no contó con el reconocimiento debido.

 
La obra de Alice Guy - Blaché ha inspirado a directores como Martin Scorsese o Alfred Hitchcock.

La obra de Alice Guy - Blaché ha inspirado a directores como Martin Scorsese o Alfred Hitchcock.

 

El guionista Frank Leon Smith respondió en un artículo sobre Alice que “cuando trabajaba en Nueva Jersey, escuché a mis jefes franceses hablar de ella a menudo. Ellos la respetaban, pero también les molestaba que una mujer triunfara como escritora, directora y productora de películas”. Hoy en día, aún se ponen en duda sus contribuciones en el mundo del cine, esa misma industria que ella ayudó a crear. Aquel 22 de marzo en el que los hermanos Lumière presentaron el cinematógrafo el cine de ficción podía haber muerto en ese mismo momento y nadie se habría dado cuenta si no fuera por Alice Guy.