Los residuos reconvertidos en recursos, una solución para ayudar a acabar con la contaminación por plástico

¿Alguna vez te has planteado dónde acaban las botellas de agua que utilizas? ¿O el bastoncillo de plástico? La respuesta es en el mar. Según National Greographic, cada año se vierten ocho millones de toneladas de basura en los océanos. Los desechos como el plástico están entrando en la cadena alimentaria de la fauna marina. Y la situación va a peor: en 2020, la producción de plástico llegará a los 500 millones de toneladas. 

El plástico que, en principio, es útil para los humanos, supone un gran problema para los animales marinos y para el planeta. Según Greenpeace, cada año más de un millón de aves y más de 100 000 mamíferos marinos mueren a causa dela cantidad de plástico que llega al mar. El tiempo que tarda el plástico en degradarse es muy lento, y se dispersa con facilidad. Por eso, los restos pueden encontrarse en cualquier rincón del planeta, incluso a 10 000 metros de profundidad.

La “isla de basura” ubicada en el Pacífico acumula aproximadamente ochenta mil toneladas de plástico. Se calcula que el 80% proviene de residuos tóxicos que se extienden por el océano y llega de zonas terrestres a través de ríos, aguas residuales, playas y costas. El 20% restante procede de residuos de barcos y otras plataformas marítimas. La “isla de plástico” tiene un tamaño que dobla la superficie de España tres veces y continúa creciendo a un ritmo alarmante. Pero no es la única que existe. En otros mares, como en el Mediterráneo, también se acumulan toneladas de microplástico hasta formar “islas”.

 
La "isla de plástico" en el pacífico acumula toneladas de plástico y crece a un ritmo alarmante. Fotografía: Carolina Power.

La "isla de plástico" en el pacífico acumula toneladas de plástico y crece a un ritmo alarmante. Fotografía: Carolina Power.

 

Según datos de estudios realizados por Greenpace, se calcula que se abandonan 30 millones de latas y botellas de plástico cada día en España que, después, pasan a contaminar el medioambiente. En el Mediterráneo ya hay entre un 21% - 54% de todas los microplásticos. ¿Pero, qué soluciones tenemos en un planeta que ha llegado al estado de emergencia climática?

De residuo a recurso

Ante esta situación, organizaciones y empresas buscan nuevas formas y modelos de producir. De ahí, nace la economía circular, un modelo basado en reducir, reutilizar, reparar y reciclar, que las empuja a pensar en todo el ciclo de vida del producto: desde la obtención de las materias primas hasta en el desecho. Este modelo consiste en aprovechar todo aquello que ya tenemos para darle una nueva vida. El presidente de la Fundación para la Economía Circular, Jean Pierre Hannequart, aclara que en este modelo lo importante es que “los recursos se conviertan en productos, los productos en residuos y los residuos en recursos”.

La economía circular supone un cambio en la forma de cómo entendemos los residuos. Propone cambiar el término “desechar” por “aprovechar”, ya que se centra en la premisa que el residuo ya no es basura, sino que es un recurso de gran valor económico que se reintegra en el ciclo de producción. 

 
Gráfico de la economía circular. Fotografía: RivaMadrid

Gráfico de la economía circular. Fotografía: RivaMadrid

 

Lara Campos, investigadora de biomateriales, escribe en su “Manifiesto de la Basura” que los desechos deben pensarse como “una materia prima con mucho potencial, digna, explorable, interesante y útil”. Campos subraya que “nacimosy crecimos en una sociedad que considera la basura algo no digna, no útil, no un recurso”. “¿Por qué usamos parte de nuestros recursos naturales y consideramos que el resto es solo “desperdicio”?”, menciona.

En la economía circular los desechos de una industria se pueden convertir en recursos para otra y así se cierra el círculo. Ya existen algunas empresas que basan su modelo de negocio en la economía circular. Por ejemplo, la compañía barcelonesa Zicla que, a partir de residuos, desarrollan proyectos y productos que contribuyan a la movilidad sostenible de las ciudades; o la empresa vasca Eko-Rec estáespecializada en reciclaje del PET para hacer productos útiles para la industria.

Los biomateriales: la alternativa 

Nuestros residuos tienen una gran riqueza. A partir de ellos, se pueden producir bioplásticos, que se están volviendo más populares debido a que sus cualidades son muy similares a las del plástico, pero están hechos con materiales naturales que no implican contaminar el medio ambiente. Los biomateriales se producen a partir de materias primas renovables y suponen un gran ahorro energético. Además, son biodegradables, lo que hace que se degraden de forma natural con el contacto con el agua y los agentes climáticos; y emiten moléculas orgánicas que no tienen impacto dañino sobre el medio ambiente.

Los biomateriales tienen una vida útil más acorde con su uso que el que tienen algunos plásticos. Compramos botellas de agua que tardan más de 100 años en degradarse para tirarla al cabo del día, o tomamos café en vaso desechables con tapa y cuchara de plástico que, en menos de 10 minutos, estará en la basura. 

Es cierto que gran parte de basura se genera en la industria – se calcula que el 80% -, pero hay otra parte que es doméstica. Los bioplásticos se están utilizando cada vez más en sectores como la medicina, la alimentación, los juguetes y la moda.

En los hogares también podemos asimilar prácticas de conciencia medioambiental como puede ser ir a comprar con una bolsa de tela o una bolsa biodegradable, no consumir plásticos de un solo uso y reducir el consumo de envoltorios de plástico. Una buena solución es comprar a granel, adquirir productos que no conlleven plástico y priorizar envoltorios de papel.

 
Bolsa de biomateriales hecha con residuos orgánicos. Fotografía: Lara Campos

Bolsa de biomateriales hecha con residuos orgánicos. Fotografía: Lara Campos

 

Como escribe Lara Campos en su Manifiesto “deberíamos empujar nuestros límites, y tratar de mirar hacia adelante sin ellos; jugando, experimentando, intentando, creando, rediseñando, observando y mutando…”. Según ella, "reconsiderar nuestro desperdicio podría ser algo nuevo para ser, nuevo para aprender, nuevo para vivir”.

El 13 de febrero os esperamos en el FabLab con el taller de biomateriales, en el que compartiremos cómo transformar la basura en objetos rígidos, impermeables y biodegradables.

 
Posavasos creados con biocompuestos rígidos. Fotografía: Lara Campos

Posavasos creados con biocompuestos rígidos. Fotografía: Lara Campos