La Kombucha, más que una bebida: una solución ante la crisis climática

La Kombucha está de moda, pero no solo por sus beneficios como bebida, si no por las posibilidades que ofrece como biomaterial sostenible en un momento de emergencia climática.

En los últimos años el té de Kombucha está ganando popularidad, pero no es un producto nuevo. Sus orígenes datan de hace 2 000 años en China, donde era conocida como “el hongo de la inmortalidad” por sus beneficios en el sistema inmunitario, la microbiótica o la piel, entre otros. La Kombucha no es solo una bebida que tiene beneficios para el ser humano, sino que se están investigando sus usos para fabricar piezas de ropa o calzados más sostenibles. Sus beneficios para el planeta pueden ser muchos. ¿Pero cómo y para qué puede usarse la Kombucha?

 

La piel de la Kombucha: el nuevo biomaterial 

La Kombucha es una bebida no alcohólica fermentada que se prepara a base de té. La fermentación de la Kombucha se consigue a través del SCOBY, u “hongo de la Kombucha”, un cultivo de bacterias y levaduras que actúan en simbiosis y que, durante el proceso, consumen azúcar y té verde. Gracias a esta fermentación, el té se transforma en una bebida con gran cantidad de vitaminas, minerales y ácidos orgánicos esenciales. 

 

Imagen gráfica cómo se hace la Kombucha y cuáles son los beneficios para la salud. Derechos de autor: Marta Bea Recasens y Marta Pastor (FabLab Sant Cugat)

 

La actual crisis climática obliga a pensar en soluciones para pasar de una transición global de una economía lineal a una economía circular. Como parte de la solución se están desarrollando nuevos materiales alternativos como los biomateriales  entre los que destaca la piel de Kombucha. ¿Pero cómo se consigue este biomaterial?

La piel de Kombucha surge porque las bacterias y levaduras (las causantes de que la bebida fermente) generan una celulosa -  un biomaterial - que se expulsa a la superficie del líquido. La sustancia resultante se va solidificando y, según los días de fermentación, la piel que se genera será más gruesa o más delgada.  Posteriormente, la piel se extrae, se limpia y se neutraliza el olor para pasar a secarla y colorearla según los usos que se le quiera dar. 

La Kombucha, el nuevo “plástico” que sirve de envase y no contamina

El impacto del plástico desechado en el medio ambiente ha sido catastrófico. Cada año se producen cientos de millones de toneladas de plástico, gran parte del cual se crea para un solo uso y tarda cientos de años en degradarse mientras contamina océanos y ríos y se descompone en microplásticos. 


Uno de los usos de la Kombucha es el packaging. El envase de Kombucha tiene una textura duradera y maleable que actúa como una barrera de oxígeno y es antibacteriana. La vida útil es de seis meses y cuando ha cumplido su propósito, el envase también se puede consumir o compostar por completo. Tiene todos los beneficios del plástico, pero ninguno de sus inconvenientes y por eso, es una alternativa a tener en cuenta para los envases. 

 
Los envases SCOBY de Kombucha se pueden utilizar para envolver alimentos secos y semisecos, sin alterar el sabor.

Los envases SCOBY de Kombucha se pueden utilizar para envolver alimentos secos y semisecos, sin alterar el sabor.

 

“Cuero vegano”: cultiva tu ropa

Para confeccionar unos vaqueros se necesitan 7500 litros de agua, una cantidad que equivale al líquido que bebe de media una persona en 7 años. Según la ONU, la industria de la moda es la segunda industria más contaminante del mundo (solo superada por el petróleo). La moda fast fashion con productos low cost de usar y de tirar provocan que la fabricación y el consumo de moda sea frenético, pero hay alternativas.

Un número cada vez mayor de diseñadores y científicos están demostrando que es posible crear materiales que reduzcan la cantidad de residuos generados y, al mismo tiempo, promover la economía circular. En 2003, la diseñadora de moda Suzanne Lee fue pionera en el concepto de usar la Kombucha para fabricar "cuero vegano". El biomaterial resultante, una vez tratado, es un tejido resistente al agua y duradero, que puede desecharse en el contenedor de compost porque es biodegradable y compostable. Al ser un tejido de celulosa, puede reciclarse fácilmente en nuevas prendas u otros materiales una y otra vez. Asimismo, es posible aplicar diferentes tintes para modificar su apariencia y mejorar la longevidad.
 

“Los hongos son el futuro de la moda”, vaticina la diseñadora británica Stella McCartney, quien aún no ha presentado ninguna colección de Kombucha, pero sí con Mylo, un cuero vegano fabricado con raíces de setas. “Reciclar y no contaminar está muy bien, pero el futuro de la moda, para mí, es el biotextil”, dice la diseñadora argentina Romina Cardillo, de Nous Studio, quien está experimentando con la Kombucha para el diseño de piezas de ropa. 

 
Diseño de Romina Cardillo, de Nous, hecho de Kombucha.

Diseño de Romina Cardillo, de Nous, hecho de Kombucha.

 

En EEUU, ya existe una marca de moda basada en telas generadas con Kombucha: Kombucha Couture. Sacha Laurin, fundadora y diseñadora, es una quesera profesional que pasó de fermentar la leche con bacterias y levaduras a fermentar té verde con SCOBYs. La inspiración le surgió a partir de una fotografía que vió de una chaqueta de aspecto de cuero hecha de tela de Kombucha de Suzanne Lee. Sacha, con su firma de moda y joyas, quiere promover la Kombucha como tejido versátil que puede imitar el cuero, la lona o la seda e incluso ha desfilado en la Pasarela de la Moda en París 2015.

 
Vestido hecho de Kombucha de Kombucha Couture, la firma de Sacha Laurin.

Vestido hecho de Kombucha de Kombucha Couture, la firma de Sacha Laurin.

 

El cultivo de Kombucha proporciona a los productores locales e individuales materiales sostenibles y les permite aprovechar el conocimiento de una comunidad global en red. Esto sugiere un futuro de moda paralelo en el que los fabricantes cultivan sus propias prendas, compartiendo el SCOBY localmente, pero las ideas e instrucciones a nivel mundial.

Investigación de Kombucha en el FabLab 

Como centros dedicados a la educación, investigación e innovación, la red de FabLabs también se ha interesado en el desarrollo de los biomateriales. Gracias a Fabricademy estos proyectos han ganado un gran impulso en la comunidad. 

El objetivo es desarrollar metodologías para el cultivo y curtido de la Kombucha, pero también las herramientas necesarias para llevar a cabo ambos procesos de forma eficiente y garantizando la reproducibilidad de estos. 

En el FabLab Sant Cugat pertenecemos a la red europea de Vulca, en el que varios espacios maker colaboran y ofrecen soporte a otros miembros. Uno de los integrantes es Thr34d5, un grupo francés expertos en Kombucha. 

En el FabLab estamos realizando investigaciones con la piel Kombucha. Gloria, estudiante de diseño de la BAU que realizó unas prácticas en nuestro espacio, creó “cuero vegano”. Para hacerlo, colaboramos con una pequeña empresa local, ubicada en Sant Cugat, que se dedica a la producción de Kombucha: Filgut Kombucha. Con ellos, realizamos nuestra primera producción de Kombucha para investigar cómo puede ser una alternativa a otro tipo de textiles. 

 

Glòria en el obrador de Filgut Kombucha para hacer piel de Kombucha.

 

También, empezamos a trabajar en el desarrollo de dispositivos que facilitan el cultivo y curado del SCOBY de la Kombucha. Lara, estudiante de ingeniería industrial de la UPC que colabora con el FabLab, trabaja en una reiteración del desecador de Kombucha. 

En el FabLab, estamos atentos a las innovaciones realizadas con los biomateriales como la Kombucha, mientras que nosotros también contribuimos a la investigación.

 
Piel de Kombucha hecha en el FabLab Sant Cugat en colaboración a Filgut Kombucha.

Piel de Kombucha hecha en el FabLab Sant Cugat en colaboración a Filgut Kombucha.